NO, ¡EL POLLO NO CAUSA ALERGIAS A PERROS Y GATOS!

El pollo es una carne muy utilizada en la alimentación de nuestras mascotas debido a su fácil disponibilidad en el mercado. De hecho, muchos alimentos, si no contienen sólo pollo, sin embargo suelen tener un porcentaje del mismo.

Las intolerancias y alergias alimentarias en nuestros animales hoy en día están bastante presentes, pero es un error culpar a priori a la carne de pollo, simplemente porque es una opinión que no tiene base científica y proviene del pensamiento común.

LOS BENEFICIOS DE LA CARNE DE POLLO

En realidad, el pollo es un alimento muy bueno, sobre todo por su composición:

  • Alto aporte de proteínas. La proteína de carne de pollo es una proteína noble con una reserva óptima de aminoácidos, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales en cantidades satisfactorias.
  • Bajo contenido en grasa. Esta característica puede aprovecharse en diversas situaciones fisiológicas como, por ejemplo, perros con sobrepeso; o patológicas como pancreatitis, colecistitis/deficiencias biliares, gastroenteropatías

Los llamados “despojos” también tienen características positivas. Por ejemplo, el hígado (hígados) tiene muchas vitaminas (especialmente A, grupo B y D) y minerales (como el zinc y el selenio). Los estómagos (los llamados menudillos), en cambio, tienen un alto contenido en proteínas y una gran calidad biológica.

CUIDADO CON LAS SOBRAS Y LA CARNE CRUDA

Cuando damos un alimento comercial a nuestro amigo, sabemos que está estrictamente controlado. Aunque si decidimos darle a nuestro amigo peludo un poco de pollo en casa, hay algunas cosas que debemos saber:

  • La carne de pollo cruda puede tener una elevada carga microbiana, por lo que siempre se recomienda cocinarla.
  • Deshuesar la carne, ya que los huesos de pollo pueden ser peligrosos si se ingieren. Las astillas podrían crear daños a lo largo del recorrido desde la boca hasta el esófago y el tracto gastrointestinal.
  • La piel de pollo, a diferencia de la carne, es muy rica en grasa, por lo que debe evitarse en determinadas situaciones patológicas.

PRUEBAS CIENTÍFICAS

Pero, ¿qué nos dice la ciencia sobre la carne de pollo? Diversos estudios sobre intolerancias y alergias alimentarias no sitúan al pollo entre las principales causas. Por ejemplo, en el estudio de Mueller*, el pollo sólo estaba implicado en el 15% de la muestra después de la ternera y los productos lácteos, mientras que el gato lo estaba hasta en el 5% de la muestra… Así que, ¡creamos menos en los rumores y más en la ciencia!

Dra. Simone Falci
Veterinario experto en nutrición

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
*Mueller et al. en 2016