Quienes tengan un gato y un perro habrán observado que el primero bebe mucho menos que el segundo. Debe saber que el gato doméstico procede de especies acostumbrados a climas áridos (sus ancestros son los gatos salvajes de África y Oriente Medio). Por lo tanto por naturaleza está acostumbrado a ahorrar agua. Las formas en que ahorra son principalmente su escasa transpiración y la excreción de una orina más concentrada (en comparación con los perros, los humanos y muchos otros animales).

PARA NUESTRO GATITO, ¿QUÉ SIGNIFICA BEBER POCO?

Esta condición natural del gato hace que sus riñones trabajen duro para conservar el agua.

Considere que la gravedad específica media de la orina en el gato es > 1035 gr/L frente a medias de 1025 en el perro y alrededor de 1020 en los seres humanos. Esto implica más trabajo para los riñones en esta especie que en otras, lo que la convierte en un blanco fácil para las enfermedades de estos órganos.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que la naturaleza había predicho una vida media más corta de la que nuestros gatitos, con los cuidados del propietario y los cuidados veterinarios, pueden alcanzar. La vida media de un gato hoy en día es de 14 a 18 años, pero la de un gato salvaje es mucho más corta. Así pues, es normal que órganos tan eficientes como los riñones del gato, al tener que trabajar más de lo previsto por la naturaleza, lleguen desgastados a la fase de senescencia.

Se estima que 1/3 de los gatos mayores de 12 años padecen problemas renales. La insuficiencia renal crónica es una de las causas más comunes de visitas en gatos ancianos.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA REDUCIR EL RIESGO DE INSUFICIENCIA RENAL EN LOS GATOS?

Hay que decir que el gato, más que otros animales, tiene una notable capacidad para compensar las enfermedades en general y en este caso los riñones no son una excepción. Esto significa que antes de mostrarnos cualquier signo de enfermedad, su cuerpo intenta remediarlo y nos oculta esos síntomas. Por lo tanto, para no llegar demasiado tarde, es importante que los gatos intenten visitar al veterinario al menos una vez al año, y esto adquiere mayor importancia a partir de los 8-9 años de edad.

Uno de los principales síntomas de la enfermedad renal es el aumento de la sed y la micción, por ejemplo.

La mayor prevención que podemos hacer en casa se basa en hacer que nuestro gato tome la cantidad de agua adecuada. Intentemos dar algunos consejos al respecto

  1. Elige una dieta que contenga una parte de alimentos húmedos. La comida húmeda hace que el gato ingiera agua, además de beber agua, lo que es muy útil para los riñones. Sin embargo, como sabemos, las croquetas son útiles para mantener una buena higiene bucal, por lo que el consejo es dar tanto húmedo como seco a nuestro gato. La dieta mixta tendrá las ventajas de ambos alimentos.

  1. Para estimular a su gatito a beber, coloque grandes cuencos con agua (quizá un bonito cuenco de cristal) o bebederos especiales. Las fuentes de circulación continua son muy útiles en aquellos gatos que prefieren beber agua corriente. Por lo tanto, evite el cuenco pequeño junto a la comida.
  2. Suplemento de omega 3 en gatos a partir de cierta edad. Estos importantes protectores del corazón y los riñones se encuentran concentrados en los aceites de pescado que se integran en algunos alimentos comerciales o que el propietario puede administrar como suplementos

Pon en práctica estos consejos y realiza revisiones periódicas a tu gatito: te lo agradecerá.

Dra. Simone Falci

Nutricionista veterinario

Bibliografía:

-Variación biológica de la proteína urinaria: cociente de creatinina y gravedad específica de la orina en gatos. (Femke Mortier et Al. ; Vet intern Med. 2023)

-Fisiología de los animales domésticos (G. Agguggini et Al; editorial UTET)

-Enfermedades renales del perro y del gato (Andrea Zatelli, editorial Edra)